Memorias de un solitario

miércoles, 7 de octubre de 2009

"Sólo lo que le da sentido a nuestra muerte, le da sentido a nuestra vida."

Me encontraba en ese estado de pesimismo filosófico y general depresión del espíritu, cuando una noche entré en mi recámara, sumida en la penumbra. De pronto cayó sobre mí, sin advertencia alguna, como surgido de la misma penumbra, un horrible temor ante mi propia existencia. Simultáneamente se me vino a la mente la imagen de un paciente epiléptico al que yo acababa de ver en el sanatorio, joven de pelo negro y piel verdosa, totalmente idiota, que solía permanecer sentado todo el día en una de las bancas, con las rodillas contra la mandíbula. Esta imagen y mi temor entraron en una especie de falat combinación. Esa forma semihumana soy yo potencialmente, pensé. nada que yo posea puede defenderme contra tal destino, si mi hora sonara para mí como sonó para él.

Sentí tal horror de él - y a la vez de mí mismo - que fue como si algo hasta entonces sólido dentro de mi pecho cediera por completo. Me convertí en una masa de tembloroso miedo. Después de esto, el universo cambió enteramente. Despertaba, mañana tras mañana, sintiendo un horrible temor en la boca del estómago, y con una sensación de la inseguridad de la vida que no había conocido nunca, y que no he vuelto a sentir. Fue como una revelación; y aunque los sentimientos inmediatos se desvanecieron, la experiencia me ha hecho comprender desde entonces los sentimientos mórbidos y nerviosos de los demás. Gradualmente fue cediendo, pero durante meses fui incapaz de entrar a solas en un lugar oscuro.

Carta escrita por William James (Psicólogo norteamericano precursor del Pragmatismo, una de las teorías fundamentales en la historia de la psicología ) a su hermano Henry, describiendo su atribulado ánimo. Marzo de 1870.

viernes, 7 de agosto de 2009

“Bob Marley: Exodus 77" (Parte I)

Como ya es en una tradición desde hace 6 años, durante el mes de febrero se presentó en México el Festival Internacional de Cine Contemporáneo de la Ciudad de México, FICCO, en el que se presentaron más de 180 producciones recientes consideradas pilares de referencia de 44 países del mundo. Con tan sólo un mes disponible para poder ver 180 películas me fue difícil asistir a tantas como deseaba, tomando también en cuenta que el precio por boleto era de $40 pesos por película proyectándose por día 6 películas distribuidas entre los distintos Cinemex del Distrito Federal, así que de entre todos los géneros y los ciclos decidí darle prioridad a 3 Documentales Especiales: “El Proyecto Kashmir”, “La vida examinada” y “Bob Marley: Exodus 77”, y de esta última es de la que hablaré a continuación, sobre mi experiencia desde que llegué a la sala de cine hasta que salí de ella, porque sucedió algo que me pareció impresionante… y todo comenzó en la fila para entrar a la sala.

Este Documental se presentó en Cinemex World Trade Center a las 9:00 pm el 01 de Marzo de 2009. Apenas llegué a tiempo y para mi asombro ya habían 3 filas esperando a que la sala abriera sus puertas, sin embargo aún me sorprendió más ver a la gente que esperaba ansiosa por poder ingresar. Personas de todo tipo de edades y clase socioeconómica, no podía creer lo que estaba viendo… distintas formas de vivir, de pensar y de sentir muy cerca unas de otras esperando ver un documental que contaba la historia de un año crucial en la vida de uno de los músicos, profetas e inspiradores más importantes y conocidos de la humanidad como lo es Bob Marley. Incluso me encontré con que 5 actores de Televisa esperaban también en las filas, y ahí fue cuando mi asombro se transformó en un severo cuestionamiento sobre por qué a esos actores que viven cómodamente en un sistema capitalista les interesaba la vida de un humano que predicó lo contrario a la riqueza económica y la vida superflua, un precursor del movimiento rastafari que toda su vida se podría resumir en una frase que el mismo dijo “Don’t gain the world and lose your soul, wisdom is better than silver or gold” (No ganes al mundo y pierdas tu alma, la sabiduría es mejor que la plata y el oro).

¿Qué hacía cada uno de nosotros realmente en esa fila? ¿Qué era lo que esperábamos encontrar en aquel documental? ¿Por qué realmente estábamos ahí? ¿Sabíamos en verdad del legado de Bob Marley o Bob se había convertido en una moda que nadie comprende pero todos alaban? Mi mente se nubló por un instante con esas preguntas que me fui haciendo mientras las puertas del cine abrían y me daban la bienvenida a la sala… Sin embargo decidí no pensar más en eso y disfruté la proyección de principio a fin.

“Bob Marley: Exodus 77” relata la historia de Exodus, el álbum más emblemático e importante en la trayectoria musical de Bob Marley, grabado en Londres en el año de 1977 y lanzado ese mismo año. Exodus fue la respuesta de Marley al atentado que en diciembre de 1976 él y su esposa Rita Marley sufrieron en su casa en 56 Hope Road en Jamaica.

Bob Marley fue un músico pacifista que vivió en Jamaica en tiempos de opresión y de grandes conflictos políticos. Un ser humano sencillo; amante del fútbol, eterno enamorado de la vida y un tanto melancólico. De clase socioeconómica baja; a pesar de su descomunal éxito como artista, un buen día la sonrisa inocente de los niños pobres de su pueblo sacudió fuertemente su interior revelándole la belleza de la vida: la vida misma, pensamiento opuesto al del resto del mundo en el que el dinero es el que le da el valor a las personas. Junto con Peter Tosh, integrante de The Wailers (también el grupo de Bob Marley) exigió al gobierno legalizar la ganjah (marihuana), acto que para muchas personas fue incomprendido. La razón según palabras de Marley, obedecía a alejarse por completo de los problemas absurdos de la vida para enchufarse con uno mismo y poder vivir. La división del mundo por las clases sociales, el maltrato a la raza negra, los falsos actos de los líderes del planeta producían un sufrimiento en el espíritu de la persona encadenándolo e impidiendo que gozase de su derecho de vida; la ganjah ayudaba a mantener pensamiento y alma lejos de un mundo degradado por la mano del hombre. Incluso “La ganjah, si sale de la tierra no puede ser mala” dijo Marley.


"Open your eyes and look within:
are you satisfied with the life you're living?
Exodus: movement of Jah people!
Move!
Move!
Move!
Move!"

“Bob Marley: Exodus 77" (Parte II)

Para el año de 1976, Bob ya era un músico consagrado, su extensa y triunfante trayectoria como impulsor del género reggae no sólo le fue abriendo paso a la fama por el mundo, al mismo tiempo la belleza inigualable de sus melodías fue inspirando a un pueblo dominado a exigir a sus líderes tiranos lo que les pertenecía: la libertad de su vida; creer, sentir, pensar y vivir libremente, el derecho divino que el Dios en el que creían les había concedido al nacer. Cada paso que Bob daba se convertía en un revulsivo para los espíritus prisioneros, los aires de la justicia soplaban cada vez con más fuerza y en los cielos más grises se podía apreciar el destello de un azul de liberación. ¿Cómo un hombre se atrevió a desafiar con tal rebeldía y sin precauciones al mundo? Cuando se conoce el valor de la vida, a esto se llega. Lógicamente, tales actos no cayeron en gracia a los opresores políticos de Jamaica.

Después de una larga gira con The Wailers por Europa, Bob regresó a Jamaica con el deseo de ofrecer un concierto gratuito por la paz, debido a que las calles de la isla se habían llenado de gángsters y la situación empeoraba. Fue entonces que el 3 de diciembre de 1976, dos días antes del concierto llamado “Smile Jamaica” Bob fue herido con un arma de fuego en el pecho y su brazo en un atentado a su vida. Fue el episodio más cruel en la vida de Marley. Sin embargo, ni las balas lograron acabar con su valor. Dos días después como fue prometido, Bob Marley subió al escenario y cantó. Aún con su voluntad inquebrantable, Marley sabía que su vida corría peligro; se vio forzado a salir de Jamaica y se dirigió a Londres, donde permaneció por más de un año.

La vida y carrera de Bob continuó su lejos de su patria. Lo sorprendente fue que a pesar de vivir exiliado en Londres, jamás se ocultó temiendo otro atentado; frecuentemente se le vio conversando con otros exiliados, con algunos seguidores del emperador de Etiopía Haile Selassie y jugando fútbol en campos abiertos. ¿Sería aquél el comienzo del final? La gente dudaba que Bob Marley volviera a escena, creían que la lucha de aquel hombre solitario con guitarra en mano y sueños de liberación había llegado a su desenlace. ¿Faltaba aún qué decir de parte de Bob Marley? De hecho, sí. E incluso, lo dijo en el concierto Smile Jamaica, antes de su exilio a Londres. “La gente que está tratando de hacer este mundo peor no se toma ni un día libre, ¿cómo podría tomarlo yo?”

Tras varios meses de trabajo en uno de los estudios discográficos de Island Records, Bob Marley disipó toda duda y respondió agresivamente a sus “asesinos”: El verano de 1977, fue lanzado al mundo el Quinto Disco de Bob Marley & The Wailers bajo el Sello discográfico Island/Tuff Gong Studios, “EXODUS”. Bob Marley estaba de regreso, cargado de una mística invulnerable y un mensaje de lucha eterna contra la opresión. Habían vuelto las “Songs of Freedom” como él les llamó. Para muchos críticos, Exodus es la mejor obra artística en la carrera de Bob Marley y del Siglo XX.


"Excuse me while I light my spliff,
good God, I gotta take a lift:
from reality I just can't drift,
that's why I am staying with this riff...
take it easy!"

domingo, 19 de julio de 2009

Efímera visión de la libertad. (Lado B)

Desde hace mucho tiempo la vida ya se vivía de la misma manera. Cuando nacimos ya existían las fiestas, existían las modas, los movimientos urbanos. Cuando éramos pequeños, nuestro corazón se atrevía a ser libre, a reír sin temor, a perseguir nuestros sueños y lo que menos nos importaba era si alguien hacia burla de ellos. Éramos creadores de nuestros juegos. Por eso es que todos recordamos nuestra niñez con tanta satisfacción y la valoramos como un tesoro. Hoy que hemos crecido, aquel niño de buenos sentimientos y nobles acciones ha desaparecido. Dicen que cuando acaba nuestra niñez inicia una nueva etapa en la que experimentamos un sinfín de nuevas vivencias que hacen que nuestra existencia llegue a un punto en el que ya es imposible ser libres como niños ante las responsabilidades que día a día se nos presentan y ante nuestros nuevos gustos, capacidades y virtudes. Eso es una mentira. La mayoría de la gente se apoya en esa idea, pero la verdad es muy distinta. La gente no le dice adiós a aquel espíritu travieso lleno de ilusiones y deseos porque el ciclo de la vida así lo escriba, lo que sucede es que la persona en esa nueva etapa de la vida abandona su yo. Un día nos contaron cómo la vida debía de ser vivida, como debía de ser disfrutada, lo que nos haría felices y lo que nos haría desdichados; qué lugares frecuentar y dónde era mejor alejarnos. Aunque es sorprendente, cuando somos ya más grandes nos cuesta mucho trabajo cuestionar esas formas de vivir; incluso, las seguimos fielmente y así justificamos nuestra vida obedeciéndolas. El niño no sólo las cuestiona, sino que les da otro significado y hace de ellas su propio juego. Tristemente la razón por la que seguimos esas reglas es porque un día tuvimos miedo de mostrarle al mundo el niño que vivía en nuestros corazones. Ese niño que físicamente dejó de existir, pero que aún habita en nuestro interior y de pronto se aparece entre todos en forma de humildad, respeto, firmeza, seguridad, libertad. Ahora ya no nos importa vivir nuestras propias experiencias, ya vivimos las experiencias que había incluso antes de nuestra existencia. Un día de jóvenes vimos que los Cafés estaban llenos de parejas, que a los antros acudían únicamente las personas que se sabían divertir y vimos que a las reuniones las personas asistían con sus mejores prendas. Y los imitamos. ¿Fuimos capaces de cuestionar esas formas de vivir? ¿Alguna vez hemos sido creadores de nuestro propio mundo? ¿Venimos a la vida para repetir con exactitud lo que hicieron todos nuestros antepasados? El niño lo hubiera hecho de la manera acertada. Aunque no es malo seguir esas acciones, si es que hay razón por la que valga así vivir. Pero la mayoría de las veces, seguimos reglas porque un día tuvimos miedo de mostrar al mundo el niño que vivía en nuestros corazones; miedo de enseñar al mundo una nueva manera de vivir sin el temor de ser visto ante todos como alguien raro, como alguien que probablemente quedaría sin “amigos” por el hecho de verle raro. Pero la rareza nunca ha sido mala, simplemente es la rareza lo desconocido.

Cuando duermo, hay veces en las que el niño que fui se aparece en mis sueños, con una sonrisa tierna agradeciéndome por no haberlo olvidado. Hay días como el de hoy en los que el sentirme solo es inevitable, pero casi inmediatamente mi voluntad y los seres que tanto quiero me devuelven la sonrisa con una facilidad asombrosa y por ello hoy estoy aquí. Y es que absolutamente ningún precio es tan caro por la virtud de ser uno mismo. Por seguir riendo con el corazón tranquilo, como el de aquel niño que habita en mis memorias.

Queridos amigos, lo que yo nunca aceptaré es vivir como ustedes quieren que viva, en las sombras de algún rincón del mundo con la cabeza agachada y los brazos cruzados mirando discretamente las estrellas del firmamento. Porque es verdad lo que les digo amigos.

lunes, 15 de junio de 2009

Breve Ensayo sobre la Amistad.

En días como el de hoy que es tan común escuchar que la mayoría de las personas hable de la amistad, de la importancia de un amigo y de sus respectivas cualidades, a mí también me ha dado por hablar de ello un día como hoy. Pienso que la amistad es un verdadero tesoro, aquél que pocas personas hemos encontrado pero que la mayoría en el mundo cree conocer y ser partícipe de ella. Y que confundimos a la amistad con el compañerismo, la complicidad, el afecto, la confianza, entre otros.

Los griegos definieron etimológicamente la amistad como amicus; amigo, que posiblemente se derivó de amore; amar. Se dice también que amigo proviene del griego a; sin y ego; yo, entonces amigo significaría "sin mi yo", con lo cual se considera a un amigo como al otro yo, dicho en otras palabras, para que una persona pueda ser un amigo debe desprenderse de su yo para poder regalar todo su amor a aquellos a los que ha llamado amigos.

Existe la amistad? Sólo puede existir la amistad cuando una relación interpersonal se dé sin que las personas involucradas busquen a través de ella una recompensa, en cuyo caso la más común es la de autonombrarnos “amigos” y hacemos de ello una virtud. O incluso hay quien de esa misma “amistad” no ha hecho otra cosa sino nombrarse a sí mismo humilde y prefiere dejar al juicio de sus acompañantes el que sea un amigo o no, lo cual de ello también hace una virtud. Y ni es virtud ni es amistad; pues una virtud es como una llama que sale de nuestro ardiente interior por querer alcanzar nuestras metas sin involucrar ni perjudicar las de otros no importando que se tenga que remar contra corriente, pero debemos de darnos cuenta que al permitir que alguien más juzgue si merecemos llevar el título de amigos en la frente estamos cediendo precisamente nuestra “virtud” y por lo tanto nuestro “yo” a los demás, y siendo así, ellos no podrían saber de la amistad si ni siquiera saben de aquella virtud! Y si yo me llamo amigo, que he hecho y con quién lo he hecho para saber que lo soy?

O acaso es que en verdad existe la amistad como la conciben cuando mi “yo” no es más que un engaño de mi mente llamado realmente “ellos” pero la fragilidad espiritual me ha llevado a llamarle amistad al temor de estar solo?

Los términos de la amistad y los amigos ya se encuentran muy por debajo de lo que deberían ser. Llamarle a alguien amigo es ya hasta un término popular, corriente e insignificante cuando debiera de ser un término muy exclusivo, un término del verdadero “ser” que busca un objetivo común con las demás personas sin ensuciar ni por un segundo su yo; hay que recordar también que quien es tu amigo te sabe sin la necesidad de que tú externes una palabra; un amigo también es quien su amor hará que no caigas en un pozo si alguna vez te encuentras de frente con demonios, pero lo hará sin compadecerte, pues te ama, y quiere verte de igual manera, libre, sabio. Por qué será que aquella persona a la que hemos llamado amigo viéndonos abatidos nos compadece como si fuéramos cachorros sin su madre? No será que les damos tanta vergüenza a ellos por no poder caminar por nuestros propios pies y en lugar de enseñarnos la dirección de la luz nos mete aún más al pozo? Al parecer, nuestros amigos no quieren que actuemos como verdaderos guerreros que luchan de lleno en la batalla de la vida pero con el corazón tranquilo, no, no les importa eso, en su lugar nos muestran debilidades y ayudan a que las desarrollemos juntos.

En su mayor parte del tiempo, aquellas frases que decimos no son más que meras alegorías para quedar bien con nuestros amigos y nada más, pues por un lado, lo hacemos sentir “bien” compadeciéndolo, y por otro, te sientes mejor por tener la “virtud” de hacer sentir bien a tu amigo! Pero la amistad no se basa en recompensas.

Cómo nos gusta como amigos ser compadecidos! Pero, por qué aquél que dice ser mi amigo no se da cuenta que sus consejos y opiniones sólo le dan un aroma pestilente a la amistad? Cómo sería alguien un amigo si hace menos a su amigo! La verdad es que somos débiles hasta en espíritu. Y hacemos amigos pues es más “fácil” y placentero vivir la vida que está llena de dolor e incluso soledad a lado de quien nos dé soporte emocional que por nosotros mismos no podemos brindarnos. Por eso es tan fácil que en la “amistad” se involucren tanto los sentimientos de las personas antes de involucrar la razón, en lugar de buscar un balance entre esa razón y ese corazón; e incluso a quien no se comporta como un “amigo” ante nosotros simplemente lo marginamos y le hemos llamado raro; en parte por ello entendemos a la soledad como rara o como consecuencia de un estado cabizbajo en el humano, pues en nuestra estupidez no logramos comprenderla si no sentenciamos a la soledad y a la amistad como términos opuestos.

Anthony de Mello fue un estudiante jesuita y un padre de la iglesia católica. Es conocido a nivel mundial por sus escritos de liberación espiritual. Anthony decía que la única manera para que una persona pudiera ser un amigo y entregar su amor a través de la amistad sería, en primer lugar, mediante el conocimiento de sí mismo, ya que a partir de ahí conoceríamos realmente quién somos, así como quién no somos y pretendemos ser, todo eso a través de nuestras virtudes, nuestros defectos, nuestras potencialidades y nuestras debilidades. De ahí que conociéndonos a nosotros mismos entonces podamos regalar lo mejor de nosotros y no le demos falsos términos a las cosas sólo por encubrir nuestras verdaderas intenciones.

Yo veo que el término de la amistad como comúnmente lo conocemos no es más que el reflejo de nuestro deseo de sobrevivir en un mundo que desde hace ya mucho tiempo es totalmente lo contrario a lo que debería ser, y que al igual que desde que se comenzó la lucha por la supervivencia entre los seres vivos, los humanos usamos a los demás para no sentirnos solos, para no sentirnos menos, para no sentirnos más; para justificar nuestra existencia. Para sobrevivir. Y llamamos a ese vacío amistad.

De ahí que tenga gracia la cosa. El humano siempre se ha quejado de este mundo, pero no es capaz de cambiarlo pues ni siquiera sabe bien que lo que afecta a la especie es el mismo pensamiento humano, y prefiere gastar su inútil vida sólo quejándose y luchando por su supervivencia que por darle un mejor significado y justificación a la misma vida.

¿Quieres tener un verdadero amigo? Para tenerlo, deberás primero aprender a ser uno.

sábado, 6 de junio de 2009

Las palabras de un Solitario.

Hace mucho tiempo, un solitario levantó la voz para decirle al mundo lo siguiente:

Me refiero esta vez a todos ustedes amantes de la justicia y enemigos mortales de la venganza, a todo aquél que intenta que la vida sea placentera usando mano dura para callar a quienes nunca han querido servir a aquél que está muerto en vida; a ustedes me refiero que van denigrando a quien en el camino ha hecho suya la sabiduría del saber vivir y morir y que simplemente no es predicador de los ideales ni objetivos del pueblo, y al no convenir a los intereses colectivos de ustedes han decidido exiliarlo; me ha producido sorpresa que ustedes den la vida defendiendo sus creencias como pueblo y para el pueblo, y cualquiera en contra de ello ha de ser expulsado pero... ¿acaso su tabla de valores contempla el verdadero respeto? ¿en qué parte de su interior se encuentra aquella moral disfrazada que los ha guiado al bienestar personal y de la sociedad? si ustedes no son capaces de abrir los ojos del espíritu entonces nunca se darán cuenta que todo aquello a lo que han llamado bienestar defendiendo con garras no es más que un escudo utilizado en contra de quien no es del pueblo y para el pueblo, pues ese reconoce que la alegría de la vida está muy lejos del placer inmediato y de la comodidad del pensamiento vano, los juegos favoritos del pueblo... y a ese escudo ustedes le llaman justicia pero no es otra cosa que venganza, y es que a la vida el pueblo la comprende de la forma en la que se le ha impuesto el vivir; pero las leyes que fueron creadas para ustedes el héroe las rechaza no por venganza sino por amor a la vida, pues él se ha liberado de cadenas permitiendo que vuele el espíritu. Pero, ¿cómo podría comprender esa libertad un esclavo?

Tal vez por eso el solitario camina en la dirección contraria a la del mundo.

El solitario pregunta: ¿ha servido de algo la Historia de la humanidad?

Se pregunta, en verdad, ¿quién es el que realmente ha sido exiliado de la vida?

viernes, 5 de junio de 2009

Efímera visión de la libertad. (Lado A)

(Apariciones fantasmales de la medianoche)

Cuando era niño solía encerrarme en una enorme habitación en la casa de mis abuelos con todos mis juguetes. Recuerdo que formaba a mis muñecos en una fila tan larga como figuras tenía como si fueran un batallón y con la imaginación creaba historias fantásticas que le daban vida a aquel cuarto. Por las noches solía sentarme en las escaleras que separaban a la casa del patio para ver las estrellas, el sonido de los grillos era muy relajante mientras lleno de ilusión miraba hacia arriba tratando de comprender los cuentos que mis seres queridos me contaban de aquel inmenso lienzo azul marino, era tan agradable tener esa sensación de incertidumbre a veces con escalofríos por saber lo que allá pasaba mientras yo vivía en mi mundo.

Comía a deshoras, jugaba con mis amigos fútbol en la lluvia, también hubo días en los que nos juntábamos para contar historias de terror y a la hora de dormir teníamos que estar precavidos por si un monstruo abría la puerta de la recámara... Era un niño y era feliz, mi pensamiento aún era limitado y mi juicio nunca estaba por delante de mis sensaciones y emociones. Un niño como cualquiera, sin preocupaciones mas que las de coleccionar todas las estampitas del álbum de súper héroes.

Años después comencé a descubrir más de lo que me rodeaba. Era ya un joven, aún a esa edad arrojado a vivir la vida sin comprenderla pero mi mente empezaba a llenarse de dudas sobre absolutamente todo lo que mis ojos veían y también empecé a poner en tela de juicio aquellos cuentos fantásticos que de niño me contaron.

Las comidas tenían ya una hora, y si no me sentaba a tiempo el plato era retirado. Dejaron de gustarme las estampitas, y la maldita lluvia no permitía que por las tardes saliera a jugar fútbol o a platicar con mis amigos… si se me antojaba un dulce ahora tenía que ir solo a la tienda, ¡Las responsabilidades comenzaron a salir de quién sabe dónde! la ropa no estaba tendida en mi cama lista como aquellos viejos tiempos, ahora yo tenía que elegir las prendas y plancharlas… Asistir al colegio bien uniformado, entregar las tareas con excelente presentación, ¡las primeras salidas a las fiestas! ¡Las chicas! ¡Cuántos buenos recuerdos de aquellas citas¡ Recuerdo que en esas fiestas me divertía muchísimo porque hacía un sinfín de cosas con mis amigos, jugábamos, bailábamos, reíamos como locos y ni siquiera nos acordábamos de echarle de vez en cuando una checada al reloj… no, ni el mismo tiempo era capaz de arrebatarnos la sonrisa en nuestros rostros. Estaba creciendo, pero era tan bello que a pesar de la necesidad de cambiar mis hábitos para seguir desarrollándome mi ser aún conservaba algo de aquella sonrisa risueña del pequeño niño que habitaba en mis memorias.

Hoy, la vida ha cambiado de nuevo, han pasado ya varios años desde que ese noble joven dijo adiós, y esta vez la vida ya no se parece en nada a aquel día viernes cuando junto a mis mejores amigos hicimos la promesa de regresar cada fin de semana a aquella casa abandonada a contarnos las cosas que nos sucedían en la vida, a ayudarnos para llegar a cumplir todos los sueños que una vez nos fijamos mirando las estrellas… Hoy estoy a oscuras en mi habitación, con la barba sin afeitar desde hace algunas semanas y algunas lágrimas cayendo de mi pálido rostro esperando con las piernas inquietas que en esta fría noche la puerta de mi casa retumbe fuertemente avisando que un amigo viene a visitarme para tendernos en el pasto húmedo y reír reciamente como si fuera esa la última ocasión que pudiera hacerlo… Hoy la vida ha cambiado, las responsabilidades crecen con cada minuto que pasa, pero no sé más reír. Las fiestas han encontrado nuevos motivos para reunir a la gente, ahora ya no asisto a las fiestas para reencontrarme con seres queridos ni para recordar viejos tiempos, ya no estoy ahí para prolongar la felicidad que de casa traía…ya no, ahora las fiestas son mi mejor pretexto para salir de casa, olvidar los malos momentos y tratar de que mi miseria se aleje de mi mente aunque sea por unas horas… Ni siquiera bebo cerveza por su sabor, bebo porque en estos tiempos quien bebe es una persona que se sabe divertir según la opinión de mis amigos, y estoy gastando toda mi vida contando cómo fui de fiesta en fiesta y salía de allí perdido en razón mientras mis semejantes ríen y festejan mi pobreza espiritual… En mi infancia y juventud me gustaba tanto hablarle a una chica, me temblaban las manos cuando alguna se acercaba, era ese deseo de explorarle, de comprender su forma de pensar y saber qué las hacía reír… existían los verdaderos caballeros, que las tratábamos como a una dama… en estos tiempos, hombre es quien tiene más mujeres, y ahora cada que siento un vacío en mi interior busco llenarlo con las caricias y el placer sexual que ellas me dan usándolas como si fueran meros instrumentos de placer para sentir que mi vida la vivo al máximo, para sentirme querido e importante ante los ojos del mundo y ante los míos, mientras mis amigos me convierten en un semidios... ¡Dios mío, qué nefasto soy! ¡Qué asco me doy!

Hoy la vida ha cambiado, ya no me atrevo a recorrer en solitario las veredas y los parques porque mis amigos pueden burlarse de mí, a veces me dan ganas por las noches de llamarles para que se asomen a la ventana y tengan la fortuna de apreciar como yo la magnificencia de la Luna llena, pero recuerdo entonces que son tonterías para ellos, sólo juego de niños.

Hoy la vida ha cambiado, ya no bailo si tengo ganas de bailar, ya no río si tengo ganas de reír, ahora bailo si los demás no se ríen de mí, ahora río si los demás no están bailando y me están prestando atención.

¡Qué ha pasado! ¡Qué demonios me ha pasado! ¿Donde quedaron aquellos sueños que de niño juré perseguir fervientemente? ¡Esto que estoy haciendo no se parece a nada de lo que planeé para mi vida!

¿En dónde habrá quedado aquel niño de sonrisa tierna que habitaba en mis memorias? ¡Cuánto lo extraño! Pero no tengo tiempo ahora para pensar en él, debo alistarme para ir a una fiesta y olvidar este pesar aunque sea por un momento…

"Cuando duermo por las noches, hay veces en las que el niño que una vez fui se aparece en mis sueños con una sonrisa tierna agradeciéndome por no haberlo olvidado." Es así como habla quien en verdad sabe de la libertad.

sábado, 23 de mayo de 2009

La vida que se vive en el futuro inexistente.

No comprendemos que la vida está escrita en hoy, ahora, el presente. Recorremos los caminos con la mente alejada del instante recurriendo frecuentemente a nuestros sueños, mientras que la vida continúa hasta que un día se apaga para darnos cuenta al final que en nosotros sólo existieron las bellas cosas de la vida en nuestros pensamientos, pero no en la real vida que debió de aprovechar el momento.

Escuché alguna vez a la noche decir que, fue tan fuerte el odio que del humano brotó cuando sumergido en su ignorancia no pudo comprender el dolor y la alegría que acompañan a esta vida, que decidió vengarse de aquél Dios que él mismo había creado en su desesperación por no encontrar respuestas de sí mismo ni de lo que lo rodea; fue así como el humano en su orgullo se alejó de aquél espíritu que debía ser forjado firme para plasmar su esencia en el instante eterno y le arrebató la vida a una sonrisa fresca para vivir en los pensamientos y nada más, aquellos pensamientos donde sólo habitó el deseo constante de un mejor mañana donde pudiera vivir alejado de las confusiones, su alma se envenenó creyendo que algún día se convertiría en el aquél que tanto anhelaba. Así el corazón se sintió intranquilo por buscar persistentemente lo que ni siquiera estuvo prometido, ni por el tiempo, ni por el Dios, ni por la vida misma. El humano cobró venganza no de su Dios, sino de sí mismo.

Al parecer no estamos contentos con lo que somos ahora, siempre nuestra mente está pensando en los sueños, tarde nos damos cuenta que mientras soñamos se está escapando el presente y jamás estuvimos ahí con él que tantos momentos bellos nos puede regalar… jamás vivimos bien, pues no podemos vivir sin estar en el presente, la afirmación, cierta es. Hablando de ese futuro tramposo, el “algún día lo seré” también se aparece, pero “lo que soy ahora” ni siquiera lo notamos porque el dedo que se encuentra cerca del piso pasa toda una vida queriendo alcanzar una estrella.


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